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Vinimos, vivimos y partimos solos...

Vinimos solos... Vivimos solos... Partimos solos...

A su vez estamos acompañados, por lo cual a menudo nos olvidamos de nuestra necesaria soledad y repartimos nuestra responsabilidad en la toma de decisiones de NUESTRA VIDA... Por eso volvemos una y otra vez a repetir la secuencia: Venimos solos... Vivimos solos... Partimos solos... 
Y hasta despedimos a seres queridos, para entender que estamos solos, o mejor dicho: para aprender a conectarnos con nuestra soledad...

Cuando llegamos a este plano estábamos (en el mejor de los casos) rodeados de personas que nos esperaban. 
Algunas de ellas fueron tejiendo los entramados que reflejarían nuestro andar... hasta suponían cómo sería nuestro desempeño en tal o cual función... 
Y nos convencieron que ellos estarían presentes en las buenas y en las malas... Siempre presentes... ¨Acompañándonos...¨
No fue difícil creerles y darles la razón.

Aprendimos a conectarnos con la gente. 

En el mejor de los casos, aprendimos a ¨compartir¨ la vida...

¿Compartir...? ¿Qué entendemos por compartir...?

Compartir no es donar parte de la propia vida a los demás...

Compartir no es depositar en los demás la responsabilidad en las decisiones...

Compartir no es entregar las experiencias que debemos entender o aprender nosotros...

Compartir no es fusionarnos con los demás en una suerte de despersonalización... Estamos muy acostumbrados a fusionarnos... Hasta nos parece terriblemente malo darnos cuenta que cada uno de nosotros está solo y es diferente a los demás... 
Aprendimos que está socialmente penado ¨ser diferente...¨ 
Aprendimos también que lo ¨normal¨ es estar dentro de la norma... es decir, estar incluidos en lo que ¨la mayoría¨ hace o dice... (aunque lo que haga la mayoría no sea nada elevado...)

Entendamos que todos somos diferentes... 

Y que estamos solos...

Vivir plenamente y evolucionar es aventurarnos a explorar y entender lo que nos llega a nuestro sendero. Los demás pueden acompañar nuestro camino, pero VIVIR, lo que se dice VIVIR, es algo muy personal, una experiencia que debemos transitar en completa soledad...

Las experiencias son internas, los aprendizajes son sólo nuestros... Nadie mejor que nosotros puede llegar a entendernos. Y allá afuera estarán los bienintencionados que tan fácilmente darán consejos para supuestamente ¨facilitar¨ nuestro caminar. 

A veces miramos para el costado y nos comparamos con los demás... ¨si ellos tal o cual cosa hicieron, entonces nosotros...¨ Y así estamos, creyendo que las experiencias deben compartirse, así nos desligamos de nuestra función...

Cerremos los ojos. 
¿Qué sentimos...? 
¿Alcanzamos a percibirnos a nosotros mismos en completa soledad...? 

Estamos solos... 

Sólo nosotros... 

En completa soledad...

Y en completa soledad elegimos nuestro destino.

                                                               Con amor... Stella Maris

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