¿Cuantos se alegran cuando a los demás (aunque no los conozcan) les va bien?
A ver... parece que varios levantaron la mano, no todos... pero bueno, al menos algunos respondieron afirmativamente...
Otra pregunta:
¿Cuantos se alegran cuando a un ser amado le va bien?
¡¡¡Ya me parecía!!! ¡Todos levantaron la mano!
¡Qué bueno!
Eso da cuenta que ¨nos ponemos en el lugar de los demás¨...
Aunque no siempre...
En realidad, más lo hacemos cuanto más cerca (sentimentalmente hablando) estamos de esa persona...
Bien. Ahora voy por otra pregunta.
Esta vez no seré agradable...
Más de uno creerá que me estoy burlando.
Piensen realmente que no es así, no me estoy burlando.
Acá va mi pregunta ¨dolorosa¨:
¿Cuántos de ustedes se alegran cuando un ser amado fallece...?
¡Uh! ¡¡¡Esa pregunta suena ilógica!!!
¿¿¿Cómo nos alegraríamos si fallece???
Hasta parece que escucho sus pensamientos:
¨Si era tan joven... Tenía toda la vida por delante¨ o ¨Era anciano... pero estaba muy bien mentalmente...aún tenía tanto para dar¨ o ¨Estaba muy enfermo... pero tuvimos la esperanza que en los próximos años se curaría...¨ etc, etc, etc...
Y tantas otras frases que decimos desde el corazón...
Lloramos y lloramos desconsoladamente, porque ¨obviamente¨ la muerte es lo PEOR...
¿Lo peor...? Peor que... ¿qué...?
La muerte como tal, no existe.
El alma pasa de un estado a otro, que es superior. Y en el siguiente estado continúa su actividad... hasta que necesita (seguramente) volver a este plano para continuar su aprendizaje...
Vuelvo a mi pregunta anterior:
¿Cuantos se alegran cuando a un ser amado le va bien?
¡Ah! ¡Cierto!
¿Viajar a otro plano superior acaso no es algo bueno...?
¿Es bueno...o no lo es...?
Cuando alguien a quien amamos fallece decimos: ¨Pobrecito¨ se fue...
¡Qué triste!
¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a celebrar desde nuestro corazón que un ser amado logró aprender en la Tierra y comenzó a ascender a un plano superior...? Debiéramos tener un amor incondicional y un desapego muy desarrollados, y alegrarnos, porque a esa persona le va bien... ¡pues logró ascender!
¿Por qué nos ponemos tristes cuando un ser amado se va...?
¿Nos entristecemos por él...?
¿O nos entristecemos por nosotros que lo queremos a nuestro lado...?
¿Preferimos que no se eleve para que siga con nosotros... o que se eleve para estar mejor?
Vuelvo otra vez a mi pregunta anterior:
¿Cuantos se alegran cuando a un ser amado le va bien?
No les estoy pidiendo que sonrían con felicidad cuando un ser amado ¨los deja¨...
En realidad es eso lo que sentimos: ¨que nos deja¨... o ¨que se va a un lugar raro, se va triste y solo, y estará desprotegido¨...
¿Es así de feo el ¨otro lugar¨ adonde se va...?
Si todos sabemos que ¨el otro lugar es más evolucionado¨
Quiero aclarar que no estoy a favor de hacer un festín cuando un ser amado le toca partir. Que quede clara mi posición. No mezclemos los tantos... ¡OJO! Tampoco estoy a favor de abandonar voluntariamente el cuerpo antes de que éste tenga que aprender todo lo necesario para lo cual está en la Tierra. Pues tarde o temprano deberá aprender lo que sea adecuado para la evolución de su alma.
No hay que empujar el proceso, la muerte llegará cuando deba llegar...
Simplemente quiero expresar que un momento de duelo es necesario en todo ser humano. Pero luego de ese momento, será necesario que empecemos a reconocer la paz inmensa y la armonía espiritual que puede haber del otro lado para el ser que se fue... Es cierto que todo dependerá de cómo haya vivido en la Tierra esa persona...
Si realmente amamos a ese ser, será bueno para su alma ayudarla a elevarse ¿Cómo? Pedirle desde nuestro corazón que, si aún no lo ha hecho, ascienda a la luz.
Si realmente amamos a esa persona, no insistamos en que no soportamos que se haya ido... o que no podemos vivir sin ella... pues querer retenerla aquí, NO la ayudará...
Dejemos partir a su alma...
¿O acaso no queremos lo mejor para esa persona que amamos...?
Namasté... Stella Maris