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¿Somos vengativos?

¿Somos vengativos? ¡No! ¡En absoluto! 
                               (¿No...?)

 

Cuando verdaderamente estamos centrados en el equilibrio de nuestro Ser, lo que decimos, pensamos y sentimos emana de él. 

Repito y puntualizo: si estamos centrados en el equilibrio de nuestro Ser, es desde allí que responderemos al entorno.

Pero generalmente nuestras respuestas son consecuencia de la venganza.
  
La gente suele huir despavorida de la palabra venganza. Nadie la reconoce. Se la niega como si fuera imposible admitirla. Y hasta calificamos que los demás son vengativos… (¿Sólo los demás…?)

 

¿Acaso no es venganza devolver lo mismo que recibimos? ¡Ah! ¡Cierto! ¡¿¡Eso es justicia…?!?

 

Cuando percibimos una energía densa en los demás seres, y actuamos conforme a lo percibido, no es venganza… ¿no? ¿Acaso es justicia…? 

Adjuntamos a la palabra justicia la frase ¨Tal persona merece…¨

Una justicia basada en la venganza, nos hace involucionar…

 

No cometemos un error cuando admitimos tener un error…
El error, más bien, es salirnos del equilibrio de nuestro Ser y responder de acuerdo a lo que recibimos… en lugar de responder desde el equilibrio de nuestro Ser…

 

A ver… No nos equivoquemos.
Devolver enojo, ira, desprecio, desamor, cuando eso recibimos, NO es ser justos. 

 

Responder emanando una energía densa por considerar que eso merecen algunas personas, no nos hace ser justos… sino que opaca la luz que tenemos en el alma…

Responder desde nuestra luz, aun no habiéndola recibido, mantiene encendida la luz que tenemos en el alma. 
Y, de paso, quizás, logremos iluminar a los demás… Y aunque creamos que no desearán ser iluminados, al menos no estaremos opacando nuestra luz.

 

¡Namasté!
Stella Maris

 

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