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¨Pequeña experiencia¨

Les cuento una pequeña experiencia que me pasó hoy en la escuela donde doy clases:

 

Mis alumnos (chicos y chicas de 5° grado) estaban sentados en el suelo del patio cubierto, trabajando en grupo, alrededor de unos afiches, investigando características de Argentina... Mapas, libros, imágenes del país, y todos los útiles escolares necesarios desparramados en el suelo...

 

Día de mucho viento, tierra que volaba y que de alguna manera, casi sin querer, ingresaba al salón aún teniendo cerrada la puerta que conduce al patio exterior... Se ve que mis alumnos no eran los únicos que estaban allí: Vi que se acercaba una araña de tamaño mediano... mediría unos 5 cm... 

 

¿Cuál fue la respuesta inmediata de los chicos? ¡Vamos a matarla...! La pisamos y ¡listo! ¡Yo me animo y la mato con mi mano! (Y todos los comentarios relacionados a ese hecho...)

 

Mientras yo vigilaba que ¨ella¨ no se escapara, pedí que traigan un vaso, cuidadosamente la cubrí, tapé la boca del vaso con un papel y la llevé al patio externo... la llevé a la naturaleza. Claro, me acompañaron muchos chicos observando ¨semejante experiencia...¨ 

 

Me preguntaban ¨¿Por qué no la mataste? ¡Si las arañas nos pueden matar a nosotros!¨

Les expliqué: Todos los seres que atacamos se defienden de la mejor manera que pueden... ella también lo hubiera hecho... y quizás, si yo la intentaba ¨aplastar¨ ella me hubiera transferido su veneno para salvar su vida... (¿¿¿Acaso ella hubiera sido ¨mala¨ por eso???)

Cuántas veces, por un simple ¨deporte¨ o ¨diversión¨, aprendimos a aplastar caracoles... hormigas... polillas y tantos otros bichos... hasta los vemos como si fueran nuestros enemigos a los que tenemos que ¨ganarles matándolos...¨ Todos los animales merecen vivir... Tienen que seguir evolucionando, tal como lo hacemos nosotros...

 

Una alumna me preguntó si yo no tenía miedo de llevar a la araña en el vaso... (Yo pensé: ¿Cómo voy a tener miedo? Si uno hace las cosas con buena intención, sin querer dañar a nadie, NUNCA TIENE QUE TENER MIEDO... )

 

Más tarde aparecieron otras dos arañitas, de menor tamaño... y mis alumnos me llamaron para repetir la experiencia de ¨devolverla a la naturaleza¨... Me llenaron de felicidad el corazón... Mis alumnos habían aprendido mucho más que lo que se estudia en ¨un libro...¨

 

Más allá de esta simple historia, quisiera que reflexionemos sobre nuestras acciones cotidianas, aquellas que estamos acostumbrados a hacer... ¿Cuántas veces ¨atacamos¨ a nuestro prójimo con la certeza de que él es peligroso y puede destruirnos si no le ganamos...? 

Obviamente el prójimo se va a defender...

Y NADIE va a ganar...

 

                                                   Stella Maris                                                                

 

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